VERANO EN BECEITE
BECEITE BRILLA DE FORMA ESPECIAL EN VERANO CON SUS AGUAS CRISTALINAS Y LA GENTE POR LAS CALLES
Rueda el verano en Beceite con su encendido abrazo, con su cielo intenso, con sus días infinitos, con sus cálidas noches. Es la estación en la que el generoso sol cae imponente sin dejar lugares sombríos, todos es luz y vida. Días de reencuentros, de nuevos amigos, de primeros amores.
El candente día invita a acudir a los ríos de Beceite, adentrándose por los mágicos y estrechos desfiladeros del Parrizal y el Regachol, a sumergirse en las aguas transparentes de las pozas de la Pesquera, de la piscina natural o assut, a bucear observando los pequeños peces, y a acostarse después en la roca, donde los sentidos parecen despertar con un aura nueva para percibir olores preciosos e indescriptibles sonidos que deleitan como la danza de los pinos, la canción de las cigarras, y los ojos se maravillan con mil colores bajo un cielo azul que nos acaricia al igual que el ardoroso sol, que la suave brisa, mientras poemas de rayos solares se escriben en la piel emocionada.
Días largos donde abandonarse a una siesta de bellos sueños en la densa tarde, a la lectura bajo la sombra de un árbol, a serenos paseos por el atardecer cuando aún el sol parece resistirse a acostarse en el horizonte, atardeceres de verano, de helados y cenas en las terrazas, de relajadas conversaciones; sensaciones de eternidad en el efímero estío.
Y al caer la noche acudir hasta la piscina natural o hasta el toll de rabosa para contemplar una inmensidad de estrellas reflejada en las aguas, y si es noche de luna darse un baño en la ya silenciosa oscuridad y confundirse con la naturaleza misma, sumergirse en el espejo de los astros hasta la madrugada, bautismo sensual y hechicero.
Dormir plácidamente con las ventanas y los balcones abiertos al frescor del aire nacido en las montañas que envuelven Beceite, els Ports de Beseit, ligera brisa cuna de hermosos sueños.
Se alzará el nuevo día ligero como uno mismo, vivo y airoso, el corazón lleno de luz dispuesto a vivir una nueva jornada eterna de sol sonriente, de belleza y felicidad; vacaciones de cuerpo y alma, los problemas y las nostalgias quedarán en un cajón cerrados bajo cien llaves, para sentir solamente el esplendor del astro rey, de la joya que es el verano de Beceite, de la joya de la vida en sí.